martes, 6 de marzo de 2012

Diario de un Perro

Semana 1: Hoy he cumplido una semana desde que nací. ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!
Mes 01: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar. Nos cuida a mi y a todos mis hermanos por igual.
Mes 02: Hoy me han separado de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella lo había hecho.
Mes 04: He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como "hermanitos". Somos muy inquietos, ellos me cogen la cola y yo les muerdo jugando.
Mes 05: Hoy me han regañado. Mi ama se ha molestado porque me he hecho "pipí" adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además duermo en la habitación... ¡y ya no me aguantaba!
Mes 06: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me dan. El patio es para mi solo y me paso el día escarbando como mis antepasados los lobos, cuando esconden la comida. Nunca me educan. Ha de estar bien todo lo que hago, no?
Mes 12: Hoy he cumplido un año. Soy un perro adulto. Mis amos comentan que he crecido más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos deben sentirse de mí!
Mes 13: Qué mal me he sentido hoy.. "Mi hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca cojo sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, y le hice daño sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover en el patio. Dicen que ahora me van a vigilar mas, mi comportamiento. No entiendo nada de lo que pasa.
Mes 15: Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo, mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me cobije. Que les he echo?
Mes 16: Hoy me bajaron de la azotea. Seguro que mi familia me ha perdonado y me he puesto tan contento que daba saltos del gusto. Mi rabo parecía una turbina! Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se paran. Han abierto la puerta y yo me he bajado feliz creyendo que haríamos nuestro "día de campo". No comprendo por qué han cerrado la puerta y se han ido. "¡Esperad!" Se... se olvidan de mí. Corro detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.
Mes 17: He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo de mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo dicen "pobre perrito, debe haberse perdido..”.
Mes 18: El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis "hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras "a ver quien tiene mejor puntería". Una de esas piedras me dio en el ojo y desde entonces ya no veo con él.
Mes 19: Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ahora estoy mas delgado, y mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.
Mes 20: Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno me dio. Según yo estaba en un lugar seguro llamado "cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me he arrastrado hacia un poco de hierba al lado del camino.
Mes 21: Llevo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: "No te acerques". Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hace abrir los ojos. La dulzura de su voz me hace reaccionar. "Pobre perrito, mira como te han dejado", dice... junto a ella viene un señor de bata blanca, que ha empezado a tocarme y ha dicho: "Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir." A la gentil dama se le han saltado las lagrimas y ha asentido. Como he podido, he movido el rabo y la he mirado agradeciéndole que me ayudara a descansar. Solo he sentido el piquete de la inyección y me he dormido para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería.

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La solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo. No conviertas en problema una grata compañía. Ayuda a abrir conciencia y así poder acabar con el problema de los perros callejeros y los abandonos!

Como no, el gran dilema que se tiene cada dia en la Protectora. Cada dia que voy me siento mas unida a la familia. Miercoles fuimos todos con los peludos, a pasar la mañana con ellos, mientras miles de estudiantes destrozaban barcelona con la excusa de la manifestación. Y luego pasamos por el Splau, que no se si os habeis enterado pero los Miércoles en la cervecería está todo a 1euro! Por cierto, hace falta decir que hoy, dia 6 de marzo, es el cumpleaños de Crestian. 21 añacos!